Estimadas autoridades
Queridas vecinas, queridos vecinos:
Venir al Plan Tres Mil es un honor de todos los días. Cuando hace treinta años, se desbordó el río Piraí y anegó la zona noroeste de la ciudad, yo vivía en la misma casa de hoy y se nos entró la mazamorra, esa mezcla de agua, barro, palos que arrastraba a su paso la corriente, hasta un metro por lo menos, sobre el nivel del piso. Muchos vendieron sus casas arruinadas en la zona de Sirari y Guapay, barrios entre el 3º y 4º anillo de circunvalación; en Equipetrol, botes improvisados sacaban a los niños del Colegio Alemán y acercaban a los vecinos más asustados a zonas seguras.
La riada no mira condición social ni origen ni sexo ni edad. El río arrasa sin piedad, como sucedió con las familias asentadas en su ribera hasta enero de 1983, las familias que se trasladaron a esta zona sudeste de la ciudad, a fundar un lugar seguro donde vivir. Han pasado 30 años y veamos este distrito, enorme, crecido a partir de aquella primera migración urbana y continuado por la migración permanente de familias con esperanza, en busca de una oportunidad diferente, en busca de bienestar.
Este Gobierno Municipal tiene la vocación del río de no mirar condición social, ni origen, ni sexo, ni edad, pero crece para el bien, crece para ayudar a controlar mejor el río junto con la Gobernación, crece para ayudar a prestar más y mejores servicios públicos a las familias de toda la ciudad, crece para apoyar con más y mejor infraestructura en salud, en educación, en cultura, en vías pavimentadas, en deporte, en mercados, en todo lo que haga falta mientras estire el presupuesto para los 2 millones de cruceños en los 12 distritos urbanos y los 3 distritos rurales.
Les decía que venir al Plan Tres Mil es un honor de todos los días. Aquí viven miles de jóvenes y de niños, miles de vecinos y de vecinas que trabajan para el bien de Santa Cruz, es un honor trabajar para ustedes. Siempre faltarán muchas cosas pero nunca la buena voluntad y la total predisposición de atender lo más que se pueda, de hacer las cosas bien, de ver en cada familia un poco más de tranquilidad en todo lo que está al alcance de nuestras manos.
Quiero celebrar aquí, en este lugar, aprovechar este momento de festejo, para saludar a Francisco, el nuevo Papa de la Santa Iglesia Católica, un hombre bueno, inesperado para muchos y muy esperado por quienes no han perdido la fe en Dios, en un mundo mejor para todos. Vengo emocionado desde que lo vi asomar en el balcón de la Basílica de San Pedro y anunciaron su nombre, Francisco, como Francisquito, mi hijo menor. Me quedé asombrado de ver al Arzobispo de Buenos Aires elegido Papa de la Iglesia Universal porque uno ve santos como Juan Pablo II o como Juan XXIII y piensa que se va a morir sin volver a ver algo nuevo, alguien esperanzador, un líder espiritual que ilumine el camino en medio de un mundo tan apurado en la superficialidad, tan concentrado en la banalidad, en lo que no es... Sigo asombrado de ver a mis años, ese rayo de luz que nos devuelva la fe que nos enseñaron nuestros padres, nuestros sacerdotes, nuestros educadores, Mamita, mis tías.
Quiero celebrar aquí, en el Plan Tres Mil, en la fiesta de ustedes esto que es un acontecimiento histórico mundial. Alguien contará algún día que cuando el Plan Tres Mil celebraba sus treinta años de vida, un hombre que se quiso llamar Francisco soñó con una Iglesia pobre, de los pobres y para los pobres y era el Papa argentino que nos representa a Latinoamérica toda.
¡Felicidades! Dios nos bendiga a todos.
Percy Fernández Añez
Alcalde Municipal de Santa Cruz de la Sierra
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